El arte de saber decir No

NO es un adverbio de negación, se compone de sólo dos letras :N (consonante) O (vocal). Muy sencillo y muy difícil de utilizar.

Una de las primeras palabras que aprendemos es No, de pequeños cuando aprendemos a hablar el No lo pronunciamos a la perfección :No.

El Si, a veces decimos Zi, Ci. La negación nos sale instintivamente, es algo innato para expresar nuestro rechazo, descontento, pronunciando a la perfección. No he escuchado a ningún bebé decir Noz, Nos, refiriéndose a este adverbio de negación, monosílabo.

Un bebé sabe perfectamente lo que quiere y lo que no, por mucho que intentemos persuadir, convencer, como diga No, es no, el número que puede montar, pataleta, berrinche, es increíble, no entran en razones, solo lo conseguimos forzando, imponiendo nuestra fuerza. Un bebé no entra en razón.

NO ES NO

Por qué dejamos a un lado nuestro instinto?. ¿Por qué de adultos nos cuesta tanto decir No?

Hay muchos artículos, posts, libros que tratan sobre esto.

No voy a dar títulos, introducimos en el buscador de turno :»el arte de saber decir no» y tenemos para empaparnos.

Toda esta introducción no es por un discurso «feminista» (entre comillas, otra gilipollez) obviamente No es no, absurdo hacer cualquier comentario, para mí eso está claro, me da igual que vaya de «calienta braguetas, sin bragas, que entre al trapo» cambió de idea, no le gusta la situación provocada y dice :»No, no quiero seguir» es suficiente. Me niego a entrar ese discurso.

Muchas veces por temor, por pensar que seremos rechazados, que dirán que somos tal cosa, que si nos negamos ya no molamos, nos callamos, y aceptamos, toleramos, consentimos una situación con la cual no estamos de acuerdo. Nos convertimos en cómplices por cobardía, por temor a traicionar a nuestros colegas, por defraudar.

Un ejemplo tonto, un grupo de niños, dulces infantes, uno de ellos coge a un gato y empieza a darle golpes, haciéndose el machote y los demás le siguen la gracia, ninguno le para, le dice :»pero qué haces, eres tonto» por temor a no molar, están haciendo todos lo mismo. Y si en vez de un gato fuese otro niño?. Todos callados?

Pasan los años y los dulces infantes son ya veinteañeros, uno de ellos se le ocurre sustituir al gato por una persona y vejarla igual que al gato ¿ también le reiremos la gracia? (y por favor que nadie se me ofenda por lo del gato, que lo veo venir, paso de entrar, a buen entendedor palabras sobran )

Confianza, seguridad en uno mismo, defender tus creencias aunque no sean las más populares, tenemos que educar a nuestros hijos en eso, en ser fieles , leales a Nosotros, no ser uno mas del rebaño. No tener miedo a decir No por el qué dirán, por defraudar, no me apetece acompañarte de compras, digo no, no me invento ninguna excusa,no voy obligada por temor a que mi amiga se enfade, si es mi amiga no se cabrea.

Tengo una cosa clara, si alguno de «La Manada» se hubiese plantado, se hubiese enfrentado, hubiese dicho :»Qué hacéis anormales», hubiese puesto freno aunque se rieran de él , si no le hacen caso se hubiera largado, la historia sería otra.

Empezamos por gatos y terminamos …

2 comentarios sobre “El arte de saber decir No

  1. Así es como alimentamos a las próximas generaciones, siendo permisivos y enseñando mal para después lamentarnos cuando ya sea muy tarde poder remediarlo.

    Me gusta

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s